Este sinuoso entramado de bases gigantescas corresponde a una etapa del Sistema Ferroviario Central que funcionará según sus creadores como “un sistema multimodal de carga y pasajeros que engranará con diferentes tipos de transporte bajo la promoción de centros logísticos, confluyendo medios carreteros, ferroviarios y marítimos”.
La ruta que permitió tal acercamiento combina varios caminos que entran y salen de montañas, conectan caseríos y enlaza parte de las vías de mantenimiento del tren así como un gasoducto inconcluso, haciendo del trayecto lo bastante vistoso como para merecer el esfuerzo de realizarlo, saliendo de los límites del Municipio el Hatillo muy cerca de San Andrés (carretera vía Turgua) sector Monterola hasta El naranjal justo encima del túnel Los Ocumitos en el municipio Guaicaipuro perteneciente a Los Teques en el estado Miranda.Buscando llegar a el caserío llamado Monterola en un punto de la carretera que paralelo a ella se quiebra en dirección opuesta. Pura tierra de aquí para abajo era lo que venía reduciéndose poco a poco hasta llegar a un portillo de alambres que dejaba ver desde allí los pequeños senderos labrados por las bestias y la vía del tren atravesando las montañas por muchos túneles que a esa altura se veían como pequeñas madrigueras.
Un sendero con obstáculos
El paso complicado fue corto y se convirtió en una sendero muy húmedo que se escurría entre pequeños árboles y vegetación espesa de tierra muy negra y tramos resbaladizos. Sacando la cámara para registrar las cosas pudimos contemplar brevemente el espacio interesante donde estábamos, la vegetación era de verde muy intenso y la calma abrumadora.Bajando por aquel pequeño surco lo mas que se podía entre muchos árboles pequeños y raíces, se llega a la quebrada Soapire justo en la base de la montaña en un corte inclinado.
El río por lo general es como de 3 metros de ancho, poco profundo, agua turbia y fondo arenoso consistente.
Al verificar está una quebrada a mano izquierda, llamada Capaya es afluente de la Soapire y sus aguas según cuentan son limpias avanzando en ellas hasta llegar a unos escalones muy parecidos a las ruinas Mayas donde la quebrada se estrellaba en cada desnivel y hacían de la escena un espacio peculiar.
Al
rodear los escalones hasta superarlos, se encuentran aquellos
impresionantes pilotes de unos 10 metros de ancho por sus cuatro caras y
unos 50 metros de alto.
Se llega al cruce que subía a El Sereno, ubicado en una fila del lado sur, antes de subir se llega a una estación de mantenimiento ubicada del lado norte que llega a las vías del ferrocarril.
Al bordear la carretera y se llega a El Naranjal, en este punto la tierra se convierte en cemento y un descenso muy suave termina en un puesto ambulante de cachapas muy cerca de la autopista regional del centro, prácticamente al lado del túnel Los Ocumitos.
Fuente: Eco Hatillo
Al bordear la carretera y se llega a El Naranjal, en este punto la tierra se convierte en cemento y un descenso muy suave termina en un puesto ambulante de cachapas muy cerca de la autopista regional del centro, prácticamente al lado del túnel Los Ocumitos.
Fuente: Eco Hatillo