Se trata de Acequias, tierra de raíces tan ancestrales como los primeros pobladores de Venezuela, testimonio de ello son las ruinas de Mucuño, no muy distantes del emplazamiento de la actual aldea.
Según las leyendas locales, estas tierras sólo pudieron ser arrebatadas a los aborígenes por la misma naturaleza; sin embargo, la Acequias actual es un pueblo que no dista mucho de las antiguas tradiciones, parece sacado de un libro de historia y sus pobladores seres mitológicos perdidos ya en los recuerdos de las nuevas generaciones.
Características de este pueblo andino
De clima frío y seco, desde la parte alta de este pueblo se pueden divisar las cumbres andinas; es muy fácil identificar a los picos Bolívar y Humboldt. En el punto carretero más alto en esta vía, es posible incluso distinguir la zigzagueante carretera transitada y el camino a tranistar para llegar a Ejido y Las Gonzáles.
La principal actividad esconómica de Acequias es, como en la mayoría de los pueblos andinos, el agro; con la diferencia que aquí existe una cultura de conservación y perfecto mantenimiento y gestión de las tierras que hace destacar a esta colectividad de las demás.
El pueblo se desarrolla en torno a la iglesia en honor a San Pedro y es esta la estructura más alta de toda la población. Otra cosa que hay que destacar es el sistema de distribución de las aguas en el pueblo, este nos remite a la cercana Laguna Perdida, fuente hídrica nutrida por un sinnúmero de pequeños riachuelos y afluentes y cuyos canales naturales de irrigación drenan y surten a casi todas las casas del sector.